Libros. III.

La última vez que escribí sobre los libros que he leído o que estaba leyendo, fue si la memoria no me falla, cuando acabé de leer, Memorias del subsuelo, del grande Fedor Dostoievsky. Y había comenzado otro, Gertrudis de Herman Hesse. Pues bien, este último libro, trata sobre las mocedades de un joven de pueblo que aspira a ser compositor en contra de la opinión de sus padres, y al que solo le interesa la música. Durante sus años de mozo queda cojo de por vida por hacerse el valiente delante de una moza para impresionarla. Este trágico suceso, los desengaños amorosos y la música marcarán su vida.

Otros libros que he leído durante este periodo de tiempo han sido: La primera parte del Quijote, de Cervantes. Nunca antes hasta leer la primera parte de tal Magna Obra había sentido ningún interés por algún autor, de estas nuestras tierras peninsulares. ¡Ingenuo e ignorante de mí! No sabía y no me podía llegar a imaginar lo que me estaba perdiendo. ¡Gran goce, placer, diversión y muy buenos ratos, pasé mientas leía las hazañas jamás igualadas del deshacedor de entuertos y de desaguisados, El Caballero de la triste figura, el Hidalgo de Hidalgos, Don Quijote de la Mancha y de su fiel y leal escudero Sancho Panza! Sería muy cruel por mi parte no acordarme de la princesa de tan valeroso e irrepetible Caballero, la bella y hermosa, Dulcinea de Toboso, y del veloz Rocinante, envidia de la Caballería y de los caballeros del mudo entero y el jumento de su escudero, salvación y alivio de éste.

Pasemos a otro, El elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam, gran libro que por su título, su autor no podía dejar mas claras las intenciones que tenía al escribir el mismo. Libro recomendadísimo para todo el mundo, cuerdos, necios, listos, tontos, pero sobre todo para los que se tienen ellos mismos por cuerdísimos.

También leí, La muerte de Iván Ilich y otros relatos de Tolstoi, otro de los grandes de la literatura rusa y universal, y el de Miguel Bueno, mártir y tres historias más. De Miguel de Unamuno, otro escritor que me ha gustado y agradado en gran manera, con sus personajes y con sus cruces existenciales. El primer libro, pero no el último que leeré de Unamuno. Ambos libros, gratísimos de leer.

Ayer cuando escribí estas líneas, que versan sobre los libros que estoy leyendo, o leído, mi poca memoria paso por alto al escritor anónimo más conocido de las Españas. Y supongo que tú, lector atentísimo, ya de sabrás de que autor desconocido y de que libro estoy hablando: Lazarillo de Tormes, el pícaro y de su anónimo creador, ¡también pícaro y grande dónde los haya!
Respecto al libro de tan pícaro español, Lázaro, ya se sabe eso que se dice por nuestras tierras, llenas de picaros, de que el hambre agudiza el ingenio. Pues eso mismo es lo que le pasa a nuestro querido pícaro en el libro. Mientras va sirviendo a sus diferentes amos, un ciego y un cura, a cual más agarrado, encarnaciones de la mismísima Avaricia según el propio Lázaro, u a otro amo, muy digno y de muy buen talle y plante, pero que cualquiera lo diría con ese talle, éste otro amo, es la encarnación de la Pobreza. Por lo que nuestro héroe, el picarísimo Lázaro tiene que hacer valer todas las artimañas y argucias aprendidas hasta ese momento para alimentarse a sí mismo y a su pobre y hambriento amo.

Y por hoy y por el momento, ya basta.

P.D. Mis mientes me engañaron de nuevo, el último libro que había leído antes que el de Gertrudis, no fue Memorias de Subsuelo, sino éste otro del mismo autor, El adolescente.