Los usureros.I

Hoy, inicio el relato de una historia personal sobre unos hechos acaecidos recientemente. Es más aún hoy mismo me encuentro en medio de los hechos. Pero todo empezó el año 2000, cuando a mí vuelta a Barcelona, del servicio militar obligatorio, me embarqué con la inestimable ayuda de mis padres en la búsqueda de una vivienda de alquiler.
Y por el mes de marzo de ese mismo año ya tenía la vivienda de alquiler y estaba instalado en ella.
La descripción de la vivienda no es preciso hacerla, pero sí que diré que es pequeña -no más de 25 metros cuadrados-y la finca de más de 500 años. Sí , y no exagero, aunque mí tendencia natural es exagerarlo todo, la finca en cuestión es patrimonio histórico. Más adelante os enterareis de cómo me llegué a enterar de que la finca es patrimonio histórico. Bueno pero volvamos al tema, el precio de la vivienda por aquella época era de unos 260€ aproximadamente y firmé un contrato de cinco años, prorrogable de año en año si ninguna de ambas partes decidía lo contrario y se lo comunicaba a su debido tiempo a la otra parte. Actualmente cuando cuento ésta historia, pago 340€ y llevo nueve años de inquilino en la ratonera, -nombre cariñoso de mi dulce hogar- no exentos de problemas con los administradores del dueño de la finca. He de aclarar llegados a este punto, que no es la única finca que posee, y yo nunca he tratado con el dueño sino con el administrador de sus fincas.
Los problemas con los administradores no han empezado hasta éste noveno año, no sé si a causa de la crisis, pero lo que sí sé es que desde hace seis meses, éste administrador o administradores me están haciendo la vida imposible, denuncias, juicios , pagos hechos que los dan por no realizados y un largo etcétera de estrategias y artimañas para echarme del que a sido mi ratonera y humilde cueva durante estos últimos nueve años.
El acoso inmobiliario propiamente dicho comenzó hace seis o siete meses, pero para que conozcáis al administrador, no diré su nombre, he de remontar 4 o 5 años en el tiempo y en ésta historia.
Bueno por hoy basta de escribir que los efectos del cannabis me enverdecen los recuerdos. En el próximo capítulo por llamarlo de alguna manera, retrocederemos esos 4 o 5 años para que conozcamos mejor al tipo de persona a la que me enfrento.
Continuará.