Algunos podemos tener hasta 19 productos tóxicos diferentes en nuestra sangre, y nadie se libra de tenerlos en mayor o menor media. ¿A quién le pedimos responsabilidades por contaminarnos con agentes tóxicos y cancerigenos?; ¿tendrá algo que ver con la plaga de canceres que padece la humanidad?; ¿dónde están los que velan por nuestro bienestar y el de nuestros hijos y nietos y que nos dicen lo que hacer y lo que no?
En fin, entre partículas suspendidas en el aire, agentes tóxicos en el cuerpo y pandemias expandidas y extendidas por el orbe sin control, el que aun esté sano ya puede considerarse un afortunado y sí es creyente, ya puede ir dándole las gracias a su Dios.
Por sí las moscas, ya me he ido buscando una buena casa aislada e incomunicada, junto a las de los fugitivos más buscados del mundo y encima de coste cero. Para más señas, cerca de las montañas de Tora Bora.
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