Recuerdos de Melilla.I.

El viaje. I.

Diez meses de mi vida pasé en está ciudad africana y bañada por el Mediterráneo, ciudad española desde no se que año y fronteriza con el Reino de Marruecos.
Mi estancia de diez meses en esta ciudad fue a causa de que en el milenio pasado, aya por el año 1998, aún se enviaba a los jóvenes de dieciocho o diecinueve años a cumplir con el deber de todo español con su patria. Y qué conste actualmente me considero un sin patria, pero el día de mi partida hacia esa desconocida ciudad, todavía creía un poco en el cuento de la patria. Pero mi corta estancia en el ejército español, me hizo gran favor, y acabo con mi ya de por si poco fervor patriótico que me quedaba.

El viaje desde Barcelona hasta Melilla, constó de dos partes, la primera cruzando la península de arriba a abajo, en tren y ¡ como no !, gratis por gentileza del ejército. Ya en el tren con otros nuevos reclutas y todos con el mismo destino militar, comenzamos la juerga que dejaba atrás la tristeza del momento anterior, donde cada uno se despedía de los suyos. Las latas de cerveza ya no pararon de abrirse y los porros de hachís malo de Barcelona empezaron a encenderse y a rular entre la mayoría de nosotros, y uno detrás de otro. Si no recuerdo mal, que es muy probable a causa de todo lo contado antes y de mi mala memoria, en Albacete los nuevos reclutas tuvimos que hacer un trasbordo de tren y coger el tren que nos llevaría a nuestro primer destino, Almería.

Este otro tren ya iba a rebosar de nuevos reclutas de toda la península, a los que nos añadíamos catalanes, valencianos, y murcianos. De este tramo del viaje es de donde menos recuerdos tengo, supongo que las horas de beber y fumar no habían sido en balde. De la llegada a Almería tampoco recuerdo gran cosa, salvo que llegamos de noche y tuvimos que dirigirnos a pie al puerto de Almería para embarcar en el ferry que hace el trayecto Almería-Melilla.
Pero, ¿cual iba a ser mi sorpresa y la de dos nuevos reclutas? Pues la sorpresa fue de los más positiva, ya que no nos dejaron embarcar en el ferry, puesto que nuestro día de acuertelamiento no era para el día siguiente, sino que era para dentro de dos días y nuestro billete de barco era para el día siguiente de la partida de los nuevos reclutas. Un día mas para disfrutar en una ciudad que me era totalmente desconocida hasta ese día, menuda alegría nos dieron.

Posiblemente continuara.....